Beatriz Castañeda Medina, Martín R. Pedroza Montero y Marcelino Barboza Flores
Centro de Investigación en Física, Universidad de Sonora
Apartado Postal 5-088, Hermosillo, Sonora
83190 México
Antecedentes
La Física como opción curricular a nivel licenciatura en el Estado de Sonora, tiene su origen en la creación de la Escuela de Altos Estudios de la Universidad de Sonora el 2 de marzo de 1964. Dicha escuela aglutinaba, adicionalmente a la naciente carrera de Física, las opciones de Letras y Matemáticas impartidas también a nivel licenciatura. La Escuela de Altos Estudios tenía dos objetivos fundamentales; uno, la formación de personal académico a nivel de enseñanza medio superior y superior. Otro consistía en la formación de investigadores en las ramas científicas de física, matemáticas y letras. Estos objetivos fueron plasmados como principios fundamentales que justificaron la creación de la Escuela de Altos Estudios por el rector de la Universidad de Sonora, el Dr. Moisés Canale en el período de 1962-1964. El inicio de la carrera de Física fue difícil ya que en ese tiempo la contratación de maestros en todos los niveles de enseñanza era complicada, siendo más crítico a nivel universitario, sobre todo en las áreas de ciencias básicas e ingeniería; al principio de cada año lectivo no se contaba con los maestros que pudieran impartir las clases en esta escuela y se recurría a la contratación de los mismos, a través de solicitudes, casi a manera de súplica a las instituciones del centro del país. En ocasiones éstas respondían enviando a jóvenes recién egresados, a los cuales les caracterizaba un enorme talento y entusiasmo; aunque, al terminar el año electivo, la mayoría de las veces se regresaban al centro de la república a continuar sus estudios. Un número muy pequeño de ellos asumieron un mayor compromiso con respecto a la organización y desarrollo de la Escuela de Altos Estudios. Hablamos de organización porque se tenía que empezar de cero y se necesitaba elaborar los programas de estudios; de desarrollo, por la necesidad de reclutar más maestros y estudiantes, y al mismo tiempo crear la infraestructura física necesaria para llevar a cabo la enseñanza de la física a nivel teórico y experimental. En el período escolar 1968-1969, la carrera de física contaba con cinco alumnos en el tercer año y uno en el cuarto y en 1970 la planta de profesores estaba integrada por cuatro profesores de tiempo completo y dos profesores por hora. La máxima autoridad universitaria, originalmente conocido como patronato universitario, insinuaba en esa época el cierre de la Escuela de Altos Estudios. Había más maestros de tiempo completo que estudiantes, la Física requería de laboratorios costosos y de instalaciones especiales; sin embargo, los maestros y alumnos de las tres áreas: Letras, matemáticas y Física, en una armónica relación, llena de entrega, solidaridad y compañerismo, presentaban un frente muy sólido de oposición a las políticas de las autoridades universitarias. El enorme sentido de responsabilidad, valentía y entrega de estas personas hizo que la Escuela de Altos Estudios sobreviviera y continuara su trayectoria. En este sentido, es necesario mencionar a dos de los personajes responsables de la creación y desarrollo de la disciplina en Física en el Estado de Sonora, que estuvieron presentes desde su origen y dedicaron (y dedican algunos) toda su vida al quehacer académico, ya que sin su labor no hubiera existido la Física en la Universidad de Sonora: M.C. Enrique Valle Flores (finado), M.C. Antonio Jáuregui Días, Dr. Ricardo Rodríguez Mijangos y Dr. Eduardo Hinojosa Márquez (finado).
En 1971 se gradúa el primer físico egresado de la Escuela de Altos Estudios: Dr. Luis Felipe del Castillo Dávila, joven talentoso que emigra al centro de la república para continuar estudios de maestría y doctorado, y que reside permanentemente en el Distrito Federal donde desarrolla una exitosa carrera académica en la UNAM. A diez años de su existencia, en 1974, la Escuela de Altos Estudios había generado un total de seis egresados titulados. En esos años, la carrera de Física es reconocida como una fuente de formación de recursos humanos, mismos que son ocupados en la enseñanza principalmente a nivel medio, medio básico superior y superior. De la misma manera, se observaba que los estudiantes, aún sin terminar sus estudios, eran solicitados para la enseñanza en todos los niveles de educación. Sin embargo, la Física se desarrollaba de manera paulatina con objetivos centrados en la formación de maestros especializados, con notable éxito, sin embargo debido a lo reciente de su formación, la disciplina carecía de un programa integrador. Los estudiantes, al egresar del programa, no tenían otra alternativa que incorporarse a la carrera docente o emigrar a otros lugares (generalmente al centro de la república) para realizar tesis de licenciatura o estudios de posgrado, propiciando el éxodo de los mismo hacia el D.F. y estableciendo en consecuencia relaciones y contactos con científicos de instituciones nacionales por otro lado, la planta académica de la carrera de Física seguía siendo reducida, cinco o seis maestros de tiempo completo casi todos con nivel de licenciatura y uno o dos con estudios de posgrado. A partir de 1974 se observaba un hecho singular en la formación de recursos humanos; los estudiantes egresados de la carrera, estimulados por sus propios profesores, buscaban y obtenían asesoría externa con la intención de realizar sus tesis de investigación y con ello la obtención del grado de licenciatura. La mayoría terminaba realizando estudios de maestría en ciencias en instituciones del centro de la república. El contacto de los estudiantes con asesores externos de muy alto nivel académico tuvo como consecuencia el acceso formal de éstos a la metodología de la investigación en Física, que en ese entonces no existía en la Escuela de Altos Estudios.
El período 1974-1976 fue muy significativo para el desarrollo de la vida académica en general en la Universidad de Sonora. La escuela de Altos Estudios, maestros y estudiantes se enfrentaron a una difícil situación política que repercutió en cambios estructurales de la vida universitaria, los cuales tuvieron influencia en el establecimiento de nuevos órganos unipersonales y colegiados en la institución, que culminaron con la formación de la estructura departamental en la universidad de Sonora y la posterior creación del Departamento de Física. Uno de los efectos más notables de estos cambios fue la desaparición de la Escuela de altos Estudios y en consecuencia de las disciplinas originales. La nueva estructura transformó a toda la universidad al modelo departamentalizado; así, la Escuela de Altos Estudios desapareció y dio lugar a la formación de los departamentos de Humanidades, Matemáticas y Física. La coexistencia armónica de las tres disciplinas había dejado de existir hacia el año de 1978. La nueva estructura departamental se vio sometida a un rígido ejercicio de las autoridades universitarias en la que el Departamento de Física llevó una de las peores partes. De nuevo se observó el fantasma de la desaparición de la disciplina, ahora por motivos veladamente políticos. La comunidad local de físicos buscó el apoyo de colegas del país y la respuesta no se hizo esperar; distinguidos físicos mexicanos y la Sociedad Mexicana de Física se manifestaron de manera pública por la defensa de la permanencia de la Física a nivel local. Este período duró cuatro años, en el cual se realizó una actividad casi de subsistencia debido a la falta de apoyo presupuestal. En 1976 se dio un cambio significativo que marcó hasta nuestros días la característica del desarrollo de la Física en la Universidad de Sonora. El Departamento de Física, como una unidad departamentalizada, era responsable de la enseñanza de la Física como opción profesional, así como de la enseñanza de esta disciplina en el área de servicios, es decir, se encargaba de impartir las materias de Física a las carreras del área de Ciencias e Ingeniería. Dada la magnitud de la empresa, el Departamento de Física tuvo un cambio cuantitativo y cualitativo en su planta académica. Es en este momento cuando se incrementa notablemente el número de maestros de tiempo completo y maestros de asignatura con el fin de satisfacer la enseñanza de la especialidad y las necesidades del área de servicios.
En 1976 la comunidad local se enfrentó a un nuevo reto: la reincorporación de los egresados de Física a la Máxima Casa de Estudios del Estado de Sonora. Los egresados de la Escuela de Física, con estudios de posgrado, optaron por retornar a la universidad y amparados por débiles compromisos de contratación laboral previamente convenidos por ésta, se adscribieron inicialmente a áreas distintas a la Física. El área de Física no contaba con los recursos presupuestales suficientes para contratar a los jóvenes egresados, recién llegados y con el grado de maestría por lo que se instalaron principalmente en las carreras de ingeniería química y químico biológicas. La comunidad de Física se vio imposibilitada para proveerse de estos recursos humanos a nivel de posgrado de reciente egreso.
El Origen de la Investigación en Física en la Universidad de Sonora
Durante el período de 1976-1979 los jóvenes físicos recién incorporados a la Universidad de Sonora, poseedores de entusiasmo e inquietud por la investigación, que experimentaron en sus años de estudiantes de posgrado, manifestaban su interés por continuar realizando actividades propias de la investigación científica. En ese tiempo circunstancialmente la SEP (Secretaría de Educación Pública), mostró una actitud de apoyo a la ciencia, propiciando una mayor participación en las instituciones de educación superior de la provincia. El Dr. Ariel Valladares (físico y maestro de uno de los jóvenes recién reincorporados), que tenía acceso a los sistemas de apoyo de la federación para programas de investigación, se convirtió en uno de los más entusiastas patrocinadores de la investigación científica en la Universidad de Sonora; propuso la estrategia para la realización de un proyecto de investigación de Materiales de la UNAM, fue el creador intelectual del primer proyecto de investigación en física de la Universidad de Sonora. Las ideas del Dr. Valladares fue retomada por tres profesores de nuestra universidad, dos exalumnos y un profesor de la misma; pero todos egresados del programa de posgrado de la UNAM. Así, la investigación en Física en la Universidad de Sonora da sus primeros pasos, con la presentación formal en julio de 1977, ante la Secretaría de Educación Pública, del proyecto titulado: Propiedades Ópticas y Eléctricas de Defectos en Halogenuros Alcalinos (POEDHA). En el proyecto participaban el Dr. Ricardo Rodríguez Mijangos, el M.C. Alejandro Clark Bayón y el Dr. Marcelino Barboza Flores, fungiendo éste último como responsable del mismo. Una situación significativa de mención, fueron los objetivos y justificación del proyecto, que en ese entonces fueron planteados por el responsable del proyecto ante el Ing. Eugenio Méndez Docurro, Coordinador General de Educación Superior Ciencia y Tecnología, y el Dr. Asdrubal Flores, Subdirector de promoción a la investigación, ambos funcionarios de la SEP; citamos textualmente los objetivos:
a) Formación de investigadores en el campo de la física del Estado Sólido, resolviendo problemas específicos.
b) Fundar las bases para la creación de un Centro de Investigación en Física de la Universidad de Sonora.
El proyecto fue aprobado en diciembre de 1977 con un presupuesto que permitió pagar el salario de profesor de tiempo completo de los tres participantes del proyecto, además de hacer posible la adquisición de mobiliario y equipo. En 1979, con el generoso apoyo financiero de la SEP se logró conformar un grupo de investigación en el que participaban seis personas y que desarrollaban sus proyectos y actividades propias de investigación alrededor de lo que se conocía como Laboratorio de Propiedades Ópticas y Eléctricas de Sólidos, antecesor de lo que hoy se conoce como el Centro de Investigación en Física de la Universidad de Sonora (CIFUS).
La base científica del proyecto consistía fundamentalmente en el estudio teórico de los centros de color en los halogenuros alcalinos, particularmente el estudio del centro F en la cercanía de una superficie. El problema teórico, fue propuesto por el Dr. Carlos Ruiz Mejía, en ese entonces investigador del Instituto de Física de la UNAM, a quien tenemos el honor de reconocer su papel de líder científico de nuestro programa de investigación. Su aportación científica hizo posible la primera publicación científica en física producida en nuestra universidad y publicada en la reconocida Revista Mexicana de Física. La presencia del Dr. Carlos Ruiz Mejía; liderazgo, solidaridad científica y persistencia fue tal que a pesar de los efectos notorios de su enfermedad, que irremediablemente lo llevaría hasta la muerte, nos enfrentábamos al típico esfuerzo de responder al arbitraje formal de una de las últimas publicaciones con él cuando lo sorprendió la muerte.
De nuevo el Dr. Ariel Valladares, apoyado localmente por otro de sus exalumnos convertido en funcionario universitario, el Dr. Eugenio A. Cetina Vadillo, entra en el escenario académico universitario local, pero ahora como director de vinculación de la SEP. En varias ocasiones realizó visitas a nuestra universidad donde conocimos de sus experiencias en la creación de programas de posgrado en la provincia (San Luis Potosí). A partir de estas conversaciones con el grupo de investigadores planteó las bases sobre las cuales se debería crear un centro de investigación de la Universidad de Sonora: debería realizar investigación básica directamente vinculado a un programa docente a nivel de posgrado. Se desarrolla de esa manera la cualidad característica de nuestros programas de investigación en la Universidad de Sonora. Es en el período 1977-1984 que se crea el Centro de Investigación en Física de la Universidad de Sonora, además de otros centros en donde cada centro de investigación tenía adscrito su correspondiente programa de posgrado, que en el caso de Física se imparte actualmente a nivel de maestría y doctorado en las especialidades de Óptica, Física del Estado Sólido, incluyendo materiales aislantes, semiconductores, y fenómenos superficiales. En particular el programa de maestría en física fue aprobado por el Consejo Universitario el 16 de enero de 1984.5
El ambiente de investigación recién creado resultó atractivo para muchos colegas. Se generaron condiciones para aumentar el número de personal dedicado a la investigación y los primeros equipos de laboratorio empezaban a llegar, al mismo tiempo el Dr. Valladares seguía impulsando estas actividades desde su puesto en la SEP, exigiendo cada vez más mayor calidad en los proyectos y contrataciones. Uno de los compromisos que estableció fue que, para seguir apoyando la investigación esta debería vincularse más directamente a la docencia a nivel de posgrado. El posgrado se convirtió en una alternativa para los egresados de la Licenciatura en Física del Departamento de Física; sin embargo, no detuvo la emigración de algunos de estos egresados a otras instituciones nacionales y del extranjero. En 1985-86, existían alrededor de ocho investigadores de tiempo completo y un laboratorio relativamente bien equipado. Dos de los investigadores tenían doctorado y otros estaban en proceso de terminarlo, se observó una actividad académica significativamente productiva a través de un incremento en las publicaciones científicas elaboradas por el personal de investigación. A partir de 1984 el grupo de investigación, instaurado ya como Centro de Investigación en Física de la Universidad de Sonora, coadyuva al desarrollo de la física en Sonora. Actualmente, la disciplina se practica tanto en el Departamento de Investigación en Física como en el Departamento de Física, correspondiendo al Centro de Investigación la responsabilidad de impartir la enseñanza de la Física a nivel de posgrado y al Departamento de Física la licenciatura en Física.
En un país como el nuestro, donde todo el peso de la investigación científica y tecnológica en general descansa en alrededor de siete mil especialistas, resulta muy significativo observar que la comunidad de físicos local tiene una significante contribución, tanto en la creación e conocimiento original, de frontera como en formación de recursos humanos. Un conteo reciente, muestra que existen 122 egresados de la carrera de licenciatura en física, con un total de 98 formalmente titulados. Del programa de maestría han egresado 28 estudiantes de los cuales 22 cuentan con el grado de maestro en ciencias.
En relación a la calidad y cantidad de la producción científica, la comunidad tiene un alto índice de producción. En los últimos tres años el número de publicaciones científicas internacionales con arbitraje de pares, del CIFUS y Departamento de Física es de veinte en promedio. Pocas son las instituciones nacionales con esos niveles de productividad. En cuanto al personal académico existen en ambas instituciones más de veinticinco investigadores con nivel doctorado, en donde la mayoría ha logrado su ingreso y permanencia en el Sistema Nacional de Investigadores. Más recientemente el sector ha dado un paso decisivo en su desarrollo con la apertura en 1996 del programa doctoral adscrito al CIFUS.
A manera de epílogo, el sector de física en la Universidad de Sonora, ocupa un significante lugar a nivel nacional, la calidad de sus productos de investigación, el de su personal académico, lo coloca en una situación de privilegio para incidir significativamente en el desarrollo científico y tecnológico, regional y nacional.
Referencias
1. A. Castellanos y A. Jáuregui Díaz. Desarrollo histórico de la física de la Universidad de Sonora. Revista Mexicana de Física 32 No. 4, 559-572 (1986).
2. Archivo CIFUS. Oficio del 18 de julio de 1977.
3. Archivo CIFUS. Proyecto: Propiedades ópticas y Eléctricas de Halogenuros Alcalinos 1977.
4. A. Clark B., M. Barboza F., R. Rodríguez M. and C. Ruiz Mejía. The F Band of a Surface F Center. Revista Mexicana de Física 28, 29 (1981).
5. Acta N° 105. H. Consejo universitario, Sesión Permanente celebrada el día 16 de enero de 1984.